Rafting y Canorafting en el Alto Tajo
Desde hace algunos años el rafting ha sido una de las actividades más demandadas en el Turismo Activo. Gracias a las balsas hinchables, y a su versatilidad en el río, podemos descender por tramos con aguas bravas, chocar contra las grandes rocas y disfrutar de enormes saltos con mucha seguridad y grandes dosis de adrenalina. Las balsas van dirigidas siempre además por un monitor, lo que permite por un lado que cualquier persona, sin ninguna experiencia pueda participar de esta actividad, pero por otro lado resta libertad al aventurero para navegar la embarcación.
Algunas empresas, como Estación Náutica Alto Tajo, están comenzando a utilizar embarcaciones denominadas canorafts, balsas hinchables para una o dos personas, preparadas para surcar los rápidos más exigentes. No debemos confundir estas embarcaciones con las canoas hinchables de travesía que se pueden encontrar en muchas tiendas de deportes. Los canorafts están realizados con el mismo material que las balsas de rafting, y su fiabilidad les permite navegar tramos complicados y llenos de obstáculos sin sufrir ningún deterioro.
Los canorafts son gobernados por el propio aventurero, ya que son embarcaciones de una o dos personas, y este puede y debe elegir bien hacia dónde dirigirlos. Es verdad que se recomienda algo más de experiencia que en la práctica del rafting, sobre todo si decidimos transitar tramos complicados con niveles altos de los ríos, pero la experiencia realmente merece la pena.
El rafting y el canorafting ya no son patrimonio exclusivo de los Pirineos, y en zonas del centro de la Península como el Parque Natural del Alto Tajo, podemos realizarlas en tramos muy divertidos. En esta zona, y cercano al pueblo de Zaorejas, del que destaca su espectacular Mirador, encontramos el tramo que nos lleva desde la Fuente de la Falaguera hasta la cascada de Campillo. En este tramo se pueden realizar ambas actividades, sobre todo en la época de primavera que es cuando el caudal del río nos permite sortear las numerosas y enorme piedras que pueblan su cauce.
El inicio del tramo es vertiginoso, con varios rápidos y pequeños saltos seguidos que no nos dejan prácticamente ni respirar. Tras estos, se suceden nuevos rápidos, algunas pequeñas zonas tranquilas, y los espectaculares paisajes del cañón del Tajo poblados de pinares, bosques de ribera y numerosas rapaces. Tras cruzar el puente de San Pedro, y girar un meandro de casi 360 grados poblado de divertidos rápidos, llegaremos a la Cascada del Campillo, una espectacular caída de agua con más de 30 metros, donde termina nuestro recorrido.
Ya sea haciendo rafting o canorafting, no podéis perderos este escondido rincón del Parque Natural del Alto Tajo.
Articulo en colaboración con: Estación Náutica Alto Tajo