Piragüismo en las Hoces del Duratón




Parque Natural Sepulveda

La vertiente segoviana de Somosierra ofrece la posibilidad de realizar diversas actividades en contacto con la naturaleza, en las que se combina la realización de una actividad con la integración en unos ecosistemas únicos. Una de ellas es la realización de rutas en piragua por las hoces del río Duratón.

Este río, nace en las proximidades del puerto de Somosierra y después de más de 110 km. de recorrido aproximadamente, casi todo por tierras segovianas, desemboca en el río Duero a la altura de Peñafiel, aunque la parte de este río que ocupa el espacio natural protegido, son unos 25 km. El paisaje originado por el río en este tramo es variado y espectacular, diseñando unos meandros espectaculares encajonados en algunas ocasiones por cantiles verticales que pueden superar los 60 metros de altura.

Son estas rocas, calizas con gran componente dolomítico, susceptibles de una gran karstificación, lo que origina las diversas cuevas, hendiduras, solapas y en definitiva, que sea más facil a las escorrentías aprovechar su camino a través de estas fracturas originadas, lo que ha dado lugar al impresionante paisaje que disfrutamos en la actualidad.





Kayak en Sepulveda


Este tipo de materiales, dan lugar también a una variada vegetación, que se ubica en cada uno de los diferentes medios que se pueden observar. Los páramos, sobre los 1000 m. de altitud, están presididos por bosques abiertos de Sabina albar, muy resistente a las condiciones climatológicas adversas y poco exigente en cuanto a su aclimatación, acompañada de enebro, en sus dos variedades ( común y oxycedrus ). Estas especies arbóreas se combinan con otra vegetación más arbustiva, un matorral más ralo, dominada por tomillos, cantueso, espliego, y espino negro fundamentalmente, que en su mayoría, desprenden agradables olores.

El fondo del cañón, está habitado por otra serie de especies, principalmente chopos, fresnos, sauces y alisos, acompañantes de las riberas del río, escoltados de una orla espinosa de arbustos, como majuelos, rosales silvestres o zarzamoras. Finalmente, el otro gran tipo de vegetación son las plantas rupícolas, observables claramente durante todo el recorrido de la actividad, y en las que domina los zapatitos de la virgen y las hiedras.

En cuanto a fauna, el gran dominador es el buitre leonado, con una colonia que supera las 700 parejas en toda la extensión del parque en la actualidad, una grata noticia, puesto que se partía de la cifra de 270 parejas reproductoras en 1995. Se puede observar en el recorrido en piragua con plena naturalidad, ya que, con unas normas básicas de comportamiento, se ha logrado una convivencia bastante adecuada con los visitantes y participantes en la actividad de piragüismo en las hoces del Duratón.


Parque Natural Sepulveda


Aunque el buitre es el gran protagonista, se pueden destacar otras especies muy importantes como son el alimoche, que es fiel a su cita y su periodo de crianza entre los meses de marzo y septiembre, el halcón peregrino, cernícalo común, búho real, chova piquirroja, avión roquero, y hasta una pareja de águila real que nidifica en la zona.

Otras especies, en cuanto a aves de menor tamaño, mirlos, petirrojos, pinzones, mirlos acuáticos, zarceros, anfibios, como el sapo partero, reptiles como la culebra viperina, nutria, cangrejo de rio… En definitiva, la diversidad ambiental es inmensa en este Parque Natural situado en medio de la provincia de Segovia.


Hoces del Duratón


Pero no solo el encanto y diversidad natural dan valor a este paraje. En cuanto a elementos monumentales, podemos destacar dos construcciones de la época medieval, que son la ermita de San frutos y el convento de la hoz. La primera, en buen estado de conservación, se puede observar desde la piragua, aunque el acceso para la entrada a la iglesia se hace por camino. Es el monumento insignia del Parque Natural, fundado en 1100 por los monjes benedictinos, y consagrado al patrón de Segovia, Frutos, un visigodo que anteriormente, junto a sus hermanos, se fue a vivir en las oquedades de aquella zona.

Posteriormente se construyó el otro gran monumento, el convento de la hoz, en 1231, por los monjes franciscanos, aunque patrocinados por la benedictinos de la Abadía de San frutos. En este caso, la construcción está en peor estado de conservación, puesto que desde la desamortización de Mendizábal, se ha quedado en el olvido, y aunque está declarado como Bien de Interés cultural, hace falta bastantes esfuerzos por lo menos, para que no se deteriore más.

Las vistas del convento desde la piragua, son privilegiadas ya que se puede obtener una mejor perspectiva, todo encuadrado en el interior de las hoces y acompañado del majestuoso vuelo de los buitres leonados que moran por la zona.



Piragyismo en Segovia


En definitiva, una agradable actividad de turismo activo, apta para toda la familia y dentro de un espacio natural protegido en la que podemos compatibilizar el ejercicio de una actividad deportiva con la contemplación y disfrute de una naturaleza y un paisaje espectaculares.

Articulo con la colaboración de Situral